Urbanismo del bueno: herrigintza

Ya he comentado en anteriores entradas que Leioa ha iniciado el proceso de aprobación de su nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). Un proceso que, distribuido en varias fases consecutivas, va a durar años hasta culminar en su aprobación definitiva. Y ello porque es un proceso tremendamente garantista con todos los agentes que pueden intervenir en el, con las personas interesadas y con la sociedad en general.

El urbanismo es de por sí una materia árida. Las más de las veces muy técnica, puede parecer que solo es apta para profesionales del ramo: arquitectos, abogados urbanistas, especialistas en derecho administrativo… Y además tiene mala prensa. Cierto es que ha habido muchas malas praxis y experiencias censurables ampliamente conocidas por la opinión pública. Pero lo cierto es que, las más de las veces, el urbanismo es un asunto del que se suele opinar con amplia superficialidad, sin demasiado conocimiento de causa y, muchas veces, con patrones y prejuicios predeterminados.

Aunque las más de esas veces el ser humano de a pie de calle oiga hablar de urbanismo para mal, lo cierto es que hay, también, un muy buen urbanismo, urbanismo del mejor. El que se erige como herramienta que hace crecer, progresar y aumentar la calidad de pueblos y ciudades. Y, por supuesto, que mejora la vida de las personas que en ellas habitan.

En Leioa se ha hecho buen urbanismo

Leioa tiene buenos ejemplos de ello. Las diferentes zonas por las que se ha extendido la malla urbana del municipio han respondido a un objetivo loable, más alla del de poder dotar de suelos destinados a promover viviendas o actividades económicas y empleo a personas que desean hacer de Leioa su centro vital o apuesta de vida. Los desarrollos urbanos de Leioa han buscado unir zonas desperdigadas y barrios inconexos, conectarlos con nuevos viales, aportar nuevas zonas verdes y parques de titularidad publica, o poner a disposición de la gente adicionales equipamientos públicos (culturales, sociales, deportivos, educativos, asistenciales…).

Pero para muestra un botón. Quizá el mejor ejemplo de esto que trato de comentar sea la zona de Pinosolo. El actual planeamiento urbanístico, aprobado a caballo entre 1999 y 2001, permitió que Leioa creciera en un área hasta entonces catalogada como no urbanizable y que se extendía, entonces, por los suelos que ahora acogen la actual calle de Lekueder, la zona alta de la calle Aldapabarrena, y toda la extensión de Pinosolo y Torresolo.

Hoy podemos disfrutar de lo que esta regulación urbanística trajo de bueno. Por una parte, unió y cohesionó el centro urbano desde Estartetxe hasta la zona baja del barrio de Basaez, en Artaza, con un nuevo vial y un paseo peatonal: Lekueder. Además, consiguió para Leioa la cesión gratuita por parte de los promotores del área de las fincas de Pinosolo y Torresolo, donde hoy se ubican el bosque y parque de Pinosolo, así como las instalaciones deportivas exteriores de Torresolo. Y, junto con ello, Leioa también obtuvo de manera gratuita la propiedad del baserri situado en el parque (para poder rehabilitarlo y poder destinarlo a algún tipo de equipamiento) y los suelos donde se va a construir el nuevo polideportivo. Todo ello fue la contraprestación que los promotores de viviendas tuvieron que aportar al municipio a cambio del derecho a construir las viviendas que hoy acogen a los y las leioaztarras que las habitan. En el mismo viaje, el ayuntamiento logró, además, que los promotores hicieran más VPO que las que la ley exigía para ese suelo y a costa de promover menos vivienda libre. Huelga decir que, adicionalmente, los promotores de vivienda actuante tuvieron que ceder al consistorio el 15% del aprovechamiento lucrativo edificatorio existente que por ley venía establecido.

Urbanismo del bueno, el mejor sinónimo de, como se dice en euskara, herrigintza.

Otro tipo de urbanismo

Por las mismas fechas, en Barakaldo (entonces gobernado por el Partido Socialista), su ayuntamiento también quiso hacerse con una finca (Munoa) para convertirla en parque urbano. Casualmente, la finca en cuestión tenía una extensión análoga a la de Pinosolo, incluso aquella era algo más pequeña. Sin embargo, allí la operación tuvo un resultado bien distinto. La técnica utilizada para hacerse con los suelos fue la expropiación pública por parte del Ayuntamiento y la indemnización a sus propietarios. El coste que tuvo que asumir Barakaldo y, por consiguiente, sus vecinos y vecinas dado que se pagó con el presupuesto municipal fue de 20 millones de euros.

4 respuestas a «Urbanismo del bueno: herrigintza»

  1. La opinión de los vecinos de Leioa es, la primera. Yo era vecina. No entiendo de urbanismo, pero a Leioa le sobran casas y le falta, algo que ya tenía campo, espacio abierto. Creo yo.

    1. Eskerrik asko Ángel por tu atención y comentario. Encantado de que te haya gustado esta humilde reflexión. La mención al parque Munoa no pretende despreciar lo hecho en otros lugares. Simplemente trata de poner en contexto que hay diversos modos de enfocar un problema o aportar una solución y que cada uno de ellos tiene sus pros y sus contras. Nada es negro ni blanco por entero. Son muchas más las diversas tonalidades y muestra de la riqueza diversa que la gestión permite. Un gusto saberte conectado.

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