Leioa dibuja su futuro (y II)

Quien haya leído la anterior entrada de este blog tendrá pocas dudas, más bien ninguna, de que a mí me gusta Leioa. Me gusta mucho. Sé que no es el pueblo más bonito del mundo. Sin ir muy lejos, en nuestro propio entorno los hay más vistosos y espectaculares. Pero creo que es una localidad que ofrece hoy una gran calidad de vida, tanto por el valor añadido que aporta por sí mima como por su excelente ubicación en Bizkaia, en general, y en el área del Bilbao metropolitano, en particular. Y creo además que, sobre todo, año tras año y década tras década, ha ido a mejor. Su evolución ha sido tremendamente positiva.

Uno ya tiene unos años. Conocí el Leioa de los años setenta y crecí en él. Hay quien dice que la verdadera patria de una persona es su infancia. Yo no participo de esa idea pero, no cabe duda, la edad en la que eres niño o niña, si ha sido una etapa feliz, tiene una atracción difícil de superar. Y en esa atracción, en esa nostalgia con sonrisa, es lógico identificar los buenos recuerdos de juegos y amigos de siempre, de familia nuclear, de días y noches sin los compromisos, responsabilidades y ataduras propias de la vida adulta, con los paisajes y parajes en los que transcurrieron aquellos años felices.

Un Leioa idealizado

La foto recoge aquel Leioa de los años setenta. La recuerdo como si fuera ayer. Creo que cada día la tengo más presente y le guardo un mayor cariño. Directamente proporcional a mis vivencias y recuerdos de la infancia. Porque, a buen seguro, lo que realmente recuerdo con añoranza y enorme gratificación es mi infancia. Pero ello no me lleva a preferir aquel Leioa al actual. Ni de lejos.

No estoy de acuerdo con aquello de que cualquier tiempo pasado fue mejor, ni vivo con el síndrome de Peter Pan. Han pasado casi 45 años desde esta foto y hoy Leioa es una localidad propia del tiempo en el que vivimos. Un municipio que se ha sabido adaptar a un mundo cambiante y afrontar los retos que nuestra sociedad moderna demanda. Y que, desde el punto de vista de ordenación territorial y urbana, ha encarado, las más de las veces acertadamente, los problemas derivados de los 40 años de urbanismo franquista precedente (caótico, desordenado y descompensado).

Viví en un Leioa de campas sin fin (todas privadas, eso sí) pero cero equipamientos públicos y servicios para la comunidad. En un Leioa cuyo centro urbano entorno a Elexalde, hoy lo enmarcamos en una postal de tonos sepias, pero encuadra un grupo de casas antiguas y, algunas, desvencijadas. Aquel Leioa no tenía apenas calles, plazas, ni parques, ni mucho menos espacios o centros deportivos, sociales, culturales, etc. Disfruté todo lo posible y más de txiki con mi familia y la cuadrillla de amigos y amigas en Leioa, pero ello no me lleva a idealizar el lugar repleto de carencias. Aquel Leioa no era mejor, ni de lejos. Aunque a día de hoy siga guardando con cariño las fotos de entonces y rememorando las imágenes que en ellas reflejan. Lo uno no quita lo otro.

El Leioa de los próximos 25 años

Ahora toca definir el Leioa de la próxima generación. El Leioa que se va conformar desde hoy hasta 2050. ,Y que gran parte de los y las leioaztarras de hoy, vamos a conocerlo, vivirlo y disfrutarlo. Por eso hay que hacerlo con los pies en el presente.

Desde el Ayuntamiento se ha puesto en marcha el proceso de aprobación de un nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). Un devenir que articulado en tres aprobaciones sucesivas (inicial, provisional y definitiva), con sus respectivas fases de exposición al público y posibilidad de presentación de alegaciones, así como las etapas previas de Diagnóstico, Avance y Criterios y Objetivos, se alargará no menos de 5 años en el tiempo. Tiempo que debería ponerse a disposición de pensar y acordar entre sensibilidades distintas, ojalá complementarias, el mejor Leioa posible. Para que se haga realidad a lo largo de los próximos veinte años.

Creo que Leioa tiene delante un trabajo muy ilusionante. Decidir qué quiere ser a medio plazo y cómo quiere hacerlo. Y eso requiere de un ejercicio de reflexión, responsabilidad y honestidad sin parangón. Me va a gustar verlo. E, incluso, dar mi opinión, a través, ¿por qué no?, también de este blog.

A modo de adelanto, y en formato de píldora, ya digo que creo que Leioa tiene por delante un crecimiento adicional muy limitado. Pienso que solo y únicamente ha de crecer cuando, mediante ello, consiga resolver problemas estructurales, esto es cuando el crecimiento sea la solución a dificultades de necesaria superación: integrar y cohesionar zonas aisladas, sustituir viviendas existentes que carecen de estándares de calidad homologables , renovar el parque habitacional de cara a nueva generación de leioaztarras que quieren emanciparse, recuperar suelos contaminados y poco más. Y lo ha de hacer con orden y justa dimensión. A partir de ello, Leioa debe seguir buscando, y logrando, un adecuado equilibrio entre, por un lado, el suelo urbano/urbanizable y, por otro, los espacios y zonas verdes así como el suelo no urbanizable que a día de hoy suman el 56% del suelo total de Leioa (8,36 kilometros cuadrados). Leioa es verde y ha de seguir siéndolo. Pero también en esto se ha ser sensato y consciente de cómo se puede garantizar mejor la sostenibilidad de los entornos verdes antropizados (parques y jardines), zonas rurales y espacios naturales.

Arranca un tiempo de reflexión, de propuestas, de trabajo y , ojalá, de acuerdos y de acierto.

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