Alucinado. Boquiabierto. Ojiplático. Y también abochornado y escandalizado. Y por qué no decirlo, extremadamente preocupado y enfadado.
No es aceptable, bajo ningún concepto, lo que la candidata de Bildu Leioa hizo el pasado fin de semana. Una cosa es arrimar el ascua a su sardina y otra pretender ofender, insultar y enfrentar a vecinos y vecinas de Leioa. Es extremadamente grave.
Viene esto al hilo del comentario que expandió en sus redes sociales en el que, tratando de animar a la ciudadanía a participar en una manifestación convocada por la Plataforma Lamiako Txopoeta Bizirik (auspiciada y alentada por Bildu, que ya peinamos canas) contra el proyecto que el ayuntamiento ha planteado para la zona de la dársena, venía a querer unir la figura del as de la aviación republicana, Felipe del Río (muerto en vuelo por munición enemiga cuando en 1937 sobrevolaba Bizkaia habiendo despegado del aeródromo de Lamiako), con la opción de oponerse al citado proyecto municipal.

Es intolerable que, aunque la señora candidata no esté de acuerdo con el proyecto (y tiene todo el derecho a estarlo), pretenda deslizar que son los antifascistas de hoy quienes, al igual que Felipe del Río ayer, están en contra del proyecto municipal de regeneración del barrio y de recuperación de los suelos de la dársena para ganarlos para el uso y disfrute de Lamiako y Txopoeta en particular y Leioa en general. En definitiva, para sus vecinos y vecinas. Y que, por contraposición, quienes apoyan el proyecto del ayuntamiento serían, en la absolutamente alocada, desmesurada y reprobable analogía que deja entrever la candidata de Bildu, los fascistas de entonces. No señora, usted no tiene el más mínimo derecho de catalogar a los y las leioaztarras en fascistas y antifascistas en función de que opinen o no como usted ante un proyecto municipal. Y eso dice muy poco en su favor como candidata.
Ya que estamos, hablemos del proyecto
El domingo hubo una manifestación contra el proyecto. En torno a 250 personas, con un evidente apoyo humano y moral de Bildu, recorrieron Leioa en un ambiente frio y pasado por agua. Dos cientos cincuenta es menos del 1% de la población de Leioa. Y será poco más del 10% del censo del colegio electoral de Lamiako (cuando además han participado personas que no viven allí) . Todo el derecho del mundo a manifestarse. Como todo el derecho a no hacerlo lo tenía también la inmensa mayoría que no se manifestó.
Pero hablando de derechos, existe uno también que liga muy bien con la obligación que es su reverso: estar informados.
Y en este sentido, tanto quienes se han manifestado como quienes no lo han hecho, es bueno que conozcan las claves y razones de quienes se oponen al proyecto y las de quienes lo apoyan.
Dicen los opositores al proyecto municipal que lo hacen porque quieren el soterramiento completo del metro, porque defienden la recuperación total de la dársena como marisma para disfrute de fauna varia (peces y aves, sobre todo), porque propugnan liberar espacios libres y públicos para el vecindario y poder hacer equipamientos y servicios municipales y porque exigen una política de vivienda atendiendo a las necesidades reales de la población con una apuesta por la vivienda y el alquiler social. Y aunque piden todo esto, no establecen cómo creen que puede hacerse, bajo que actuación y quién ha de pagarlo. Dicen lo que quieren pero no cómo conseguirlo.
¿Y a qué se oponen? Pues precisamente a un proyecto impulsado por la colaboración público privada, el ayuntamiento y los actuales propietarios del suelo de la dársena, que plantea lo siguiente:
1) Soterrar el metro a su paso por la zona de actuación. Y ademas, el ayuntamiento compromete más dinero para, en colaboración con el Consorcio de Transporte de Bizkaia (titular de las Líneas 1 y 2 de Metro Bilbao), en el que participan la Diputación Foral de Bizkaia y el Gobierno vasco, poder acometer el soterramiento de toda la traza ferroviaria desde la estación de Leioa hasta la de Areeta.
2) Obtener para Leioa el 100% de la dársena que ahora es privada. Toda la dársena como terreno público para recuperarla medioambientalmente. Y destinarla a habilitar un gran parque al borde de la Ría al servicio del vecindario, de Lamiako, Txopoeta y Leioa en general. Y reservar una parte de ella para un proyecto de recuperación de la marisma.
3) Obtener para el municipio una gran cantidad de suelo que ahora es privado y poder destinarlo a solares para albergar equipamientos deportivos, culturales, sociales para dar servicio a los vecinos y vecinas de Lamiako y Txopoeta. Y todo rodeado de zonas peatonales.
4) Desarrollar junto al metro, dónde mejor si no es a pie de un transporte público de masas, una promoción de viviendas de las que 400 son de protección publica para leioaztarras (muchos de ellos lamiakoztarras y txopoetaztarras) . O lo que es lo mismo, hacer junto al metro lo que en Leioa ya se ha hecho en zonas como Estartetxe y Centro Cívico, o en Pinosolo, Lekueder y Aldapabarena, o en el Buevar de Udondo, o en Leioandi.
Por cierto, una actuación urbanística que es la que, junto con el dinero que el ayuntamiento está dispuesto a poner además, permite pagar y hacer posible, con sus aprovechamientos, todo lo demás.
Una actuación que, sigue la estela no ya de lo que en Leioa se ha hecho, y tanto ha gustado a quienes en ella vivimos y a quienes a ella han venido a vivir, estos últimos 30 años, sino lo que se ha hecho en todos los sitios en los que han tenido la oportunidad de ganar sus frentes de Ría (en Bilbao, en Barakaldo, aquí bien cerquita, pero también en cualquier ciudad europea), algunos de ellos, además, como idea desarrollada por prestigiosos equipos de arquitectura internacionales.
Como muestra dos ejemplos del proyecto de la isla de Zorrotzaurre en Bilbao.

